A PASO DE OCA


Desde el próximo lunes, media Europa caminará a paso de oca. Y es que se avecinan nubarrones grises. Debe ser la llegada del frío que a algunos encorajina y a otros les da por decirle a los demás lo que tienen que hacer; como en los mejores tiempos del totalitarismo centroeuropeo. Sobre todo en lo tocante a la propia autonomía personal. Porque "la libertad" es ahora un artículo de mercadeo político cuando debería ser la cosa más sagrada del mundo; intocable e innombrable como el nombre de Dios.

Hoy, la libertad, se esgrime con igual resultado para condenar al prójimo a vaya saber usted qué, como para redimir al correligionario criminal mediante el indulto. A los políticos se les llena la boca con la palabra "libertad" y con aquella otra que empieza por "demo" y acaba por "cracia", pero que a mí me da la risa pronunciar en alto porque cada vez tiene menos fuste. 

Ahora se confunde el "demos" griego con el "dare" latino y por "dar", lo damos todo hasta engrilletarnos a voluntad. Se ve que al prescindir del latín y del griego en la enseñanza pública, se nos ha olvidado lo que ambas palabras significan. Como con la filosofía, y ahora algunos ennortados andan sin saber qué es ético y si importa. Es lo que pasa por hacer ministro de sanidad a un filósofo y ministra de hacienda a una médico. Y así nos va, que cuando se habla en público de derechos civiles, la gente lo mira a uno raro. Es como si les hablase un marciano. Están tan acostumbrados a que las autoridades les digan qué pensar que cuando les toca hacerlo por ellos mismos, se sienten confusos, y andan a tientas buscando la mano del Estado para que los amordace de nuevo, no vaya a ser que les dé por decir algo inteligente. Como el esclavo que una vez libre vuelve a los pies de su carcelero porque no sabe ya vivir sin privación de libertad. Busca las cadenas con ansia y hasta delinque deliberadamente para besar de nuevo los barrotes de su celda.

Y es por lo que el librepensador está tan denostado en nuestra sociedad, precisamente porque se sale del redil y eso es contraproducente para el nuevo colectivismo de, "por el bien todos", que a fin de cuentas es el del tirano de toda la vida. Es lo que tiene ser "teledirigido", que de tanto enajenarse y dejar lo tuyo en manos de otros, al final de tu libertad hacen uso otros y a ti solo te queda obedecer con el paso marcado. Porque, ya te lo soltaron en  tus propias narices y ni te enteraste, es más, hasta te pareció "molón": "no tendrás nada y serás feliz".